¿Cómo cuido mi pelo después del gimnasio?
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Llegas al gimnasio con el tiempo justo, a veces incluso llegas a plantearte si la bolsa que llevas es la tuya del gym o la de judo de tu hijo pequeño. Pero ya estás allí. Cambio de ropa express, un moño raudo y veloz, y a quemar todas las cosas que no dejan dormir. Ese rato de esfuerzo máximo es, muchos días, un oasis de paz entre tanto ajetreo.
Pero, como todo lo bueno, se acaba. Cambiarte, salir corriendo, volver a casa, la batalla de la cena, preparar el día siguiente... ¿Quién acaba pagando el pato casi todos los días? Sí, tu pelo. Conocemos la tentación de ir con el moño hasta el infinito, pero también sabemos que, con unos cuidados del cabello mínimos cuando terminas en el gimnasio, en lugar de maltratar a tu pobre pelo, le estarás dando unos mimos dignos de un pelazo de alfombra roja. Y sin currártelo demasiado, que ya sabemos que no te da la vida.